Hace unos momentos leyendo las noticias que siempre leo, me encontré con un artículo en la BBC sobre un columnista que se encuentra preocupado por el poder de las marcas y la deshumanización causada por ellas. Esto, no es algo que a mí me ha pasado desapercibido, pero simplemente no lo había visto como peligro, luego de leer su artículo si veo que en un futuro esto, al paso que va, si será peligroso. Hace unos artículos que escribí, comente acerca de que la gente debe replantear el uso del celular, ahora, propongo que se replantee el uso de las marcas.
Es un hecho que día a día todos nos vemos bombardeados con montones de marcas, en la TV, en la radio, en la calle, abrimos nuestras alacenas y tenemos las marcas que nos dicen que comprar, miramos nuestra ropa y tenemos las marcas que nos dicen que es correcto vestir. A fin de cuentas, todo nuestro entorno está regido en cierta medida por las marcas, aclaro que no generalizo, pero en su mayoría así es.
Lo anterior es sumamente triste, ya que el valor de la persona, del individuo, se está abstrayendo a que eres capaz de tener y no me refiero en cuanto a dinero sino a lo que usas, vistes, comes y los lugares que visitas.
Pongamos un ejemplo de una joven de clase media, en la mañana, luego de despertarse, se quita su pijama fiorucci, se viste con sus jeans Tommy, el los pies se pone sus sketches, una blusa catamarán, se perfuma con Tommy, y no puede olvidar el accesorio de moda, su iPod, tampoco olvida su celular, que cuenta con cuanta cosa se le ha ocurrido al fabricante, aunque no lo use. Camino a la universidad tiene que pasar al Starbucks que no le queda de paso, y les manda mensajes a sus “amigos” para ver si no se les ofrece nada, compra varios cafés que ni siquiera sabe lo que contienen, y llega a su escuela, donde es recibida por sus compañeros que al igual que ella pasaron por un proceso similar. No conformes, sus “amigos” y ella miran a su alrededor y se identifican como los “nice” de la escuela, cuando en realidad se encuentran vacios, ya que basan sus personas en lo que traen puesto, son los populares de la escuela y el resto son unos pobres diablos que no valen nada.
El ejemplo anterior es un extremo, otros muchachos en alguna medida, buscan tener al menos una de esas marcas para poder ser aceptados. Luego hay otro grupo igual de patético, que pretendiendo ser diferentes, caen en el mismo juego, solo que en vez visten con ropa Von Dutch, usan Vans, y su comportamiento es “rebelde”.
Hoy día, si bien es normal este comportamiento, no es lo más común, aunque se está generalizando cada vez más y más rápido. Lo peligroso de todo esto, es que mucha gente está adoptando este comportamiento de manera inconsciente, la mercadotecnia está teniendo éxito en una lucha donde el mismo ser humano tiene todas las de perder, siendo esclavizado no por lo que le gusta, sino por lo que la sociedad dice que me debe de gustar.
Yo propongo nos replanteemos el uso de las marcas, no estoy satanizando su uso, pero si el hecho que dicten la forma de ser y de pensar, es decir, si necesito ropa, compro la que necesito, si x o y marcas me quedan bien pues esas compro y no elijo porque esta marca es aceptada y la otra no. Si quiero darme el gusto de un reproductor de mp3 tengo que analizar las demás opciones y lo que me ofrecen, si toda la gente lo hiciera el iPod no sería ni por mucho la más vendida. Este proceder que propongo aplica para todo cuanto artículo adquirimos, hasta los carros, pues antes de adquirir uno hay que pensar exactamente para que lo quiero y analizar las opciones de lo que uno está buscando, el exterior no lo es todo.
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