Descubren 3 nuevos asteroides “troyanos” en la orbita de Neptuno
Se han detectado y verificado tres nuevos objetos, asteroides del tipo "troyano", aproximadamente en la misma órbita que Neptuno. El hallazgo sugiere que este planeta, al igual que su "primo" Júpiter, acoge nubes muy pobladas de troyanos en su órbita, y que estos asteroides deben compartir una procedencia común. El descubrimiento también eleva a cuatro el total de troyanos conocidos de Neptuno.
Los tres nuevos troyanos han sido descubiertos por investigadores del Instituto Carnegie y el observatorio Gemini.
El conjunto de troyanos de Neptuno es el cuarto grupo estable de asteroides encontrado alrededor del Sol. Los otros son el cinturón de Kuiper (ubicado justo después de Neptuno), los troyanos de Júpiter, y el cinturón principal de asteroides (entre Marte y Júpiter). Las evidencias sugieren que los troyanos de Neptuno son más numerosos que los troyanos de Júpiter e incluso que los asteroides del cinturón principal. Sin embargo, resultan muy difíciles de observar porque están muy alejados del Sol. Los astrónomos, por tanto, requieren de los mayores telescopios del mundo, equipados con cámaras digitales de enorme sensibilidad, para detectarlos.
Los asteroides troyanos se agrupan alrededor de uno de dos puntos precediendo o siguiendo al planeta en su movimiento orbital, en posiciones separadas de él unos 60 grados, y conocidos como puntos de Lagrange. En estas áreas, la atracción gravitatoria del planeta y la del Sol se combinan de un modo especial que mantiene a los asteroides en órbitas estables y sincronizadas con la del planeta. El astrónomo alemán Max Wolf identificó el primer troyano de Júpiter en 1906, y desde entonces más de 1.800 de dichos asteroides han sido identificados circulando a lo largo de la órbita del planeta. Debido a que los asteroides troyanos comparten la órbita de un planeta, pueden ayudar a los astrónomos a entender cómo se forman éstos y cómo evolucionó el sistema solar.
Los científicos suponían que otros planetas además de Júpiter podían poseer troyanos, pero la prueba de ello no se obtuvo hasta 2001. Ese año, se localizó el primer troyano de Neptuno en el punto de Lagrange que precede al planeta.
Uno de los nuevos troyanos tiene una órbita que está mucho más inclinada con respecto al plano orbital general del sistema solar que los otros tres. Los métodos utilizados para observar los asteroides no son sensibles a objetos tan apartados de ese plano principal, por lo que es fácil que cuerpos así hayan pasado desapercibidos. La mera existencia de este troyano sugiere que hay muchos más como él.
Una gran población de troyanos de Neptuno con alta inclinación descartaría la posibilidad de que fuesen asteroides primigenios reposando allí como material sobrante de la formación planetaria local. Esos asteroides primigenios locales deberían estar muy alineados con el plano orbital general del sistema solar. Esas nubes tan inclinadas probablemente se habrían formado de modo muy parecido a como lo hicieron las nubes de troyanos de Júpiter: una vez que los planetas gigantes se establecieron en sus órbitas alrededor del Sol, cualquier asteroide que pasaba por la región troyana era capturado y quedaba prisionero en esa órbita.
Los cuatro troyanos conocidos de Neptuno presentan todos un tono similar al rojo pálido, sugiriendo ello que su composición es parecida por compartir un mismo origen e historia.
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